Dos formas de arquitectura urbana. La vivienda como un constructo socio-cultural. La consolidación de una idea de progreso. La fragilidad de la estructura. Lo real y lo ficticio del discurso de la ciudad. Una crítica a las políticas de planeación. Las imágenes de una obsesión por el asfalto y el cemento. Lo recorrido y lo inventado. Estas son apenas algunas premisas que sugiere Andamios y Columnas de Andrea Acosta y Camilo Bojacá, quienes a partir de exploraciones y registros visuales de su ciudad han producido una serie de piezas que una vez montadas ponen en tensión los aspectos físicos y abstractos que “engendran” los proyectos de urbanización.
La vivienda como edificación es centro de sus observaciones, Camilo ha puesto su mirada en los espacios multifamiliares y Andrea en los unifamiliares. Fenómenos que dan cuenta de dos tipos de habitantes diferenciados – básicamente – por su poder adquisitivo. El primer caso se refiere a esas construcciones regulares hechas de formas continuas acabadas y ajenas a experimentar cualquier tipo de metamorfosis, casas-apartamentos modelo. El segundo, a esas casas mutantes hechas por partes, donde la forma armónica no tiene lugar, donde pegotes de cemento unen un muro al otro y la “plancha” está terminada para “echar” el segundo o tercer piso.
Ambas apuestas están pensando en el individuo como un ser que se adapta a las condiciones que le impone la ciudad, sin embargo, su imagen no aparece por ningún lado. El espectador experimenta la presencia de unas materias vivas y dramáticas atravesadas por un halo de ficción, donde las ideas primeras de ciudad moderna vuelven a asediarlos y les recuerdan aquellas historias del cine y de la literatura que advierten sobre el poder dominante de la metrópolis, el ente “ordenador” del espacio que habitan.
Andrea y Camilo arman y desarman, proyectan y construyen, el dibujo estructura sus ideas, pero éste no es su única herramienta creadora, la experimentación con el video y la fotografía también entra en juego y una vez abandonado se toman el espacio y la superficie para crear formas indistintas donde andamios y columnas son protagonistas.
[“Vamos a hacer ladrillos y a coserlos en el fuego. Vamos a construir una ciudad y una torre que llegue hasta el cielo. De este modo nos haremos famosos y no tendremos que dispersarnos por toda la tierra” recita un fragmento del Capítulo 11 del Génesis en la Biblia, hace referencia a los orígenes de Babilonia, cuya edificación emblemática fue su torre. La ciudad imposible y maldita que nunca terminó de ser construida, que resultó una mutación arquitectónica, un monstruo hecho de ladrillos.]
Erika Martínez Cuervo
Crítica de arte e investigadora