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EJERCICIOS DE DESAPARICION

 

ADRIANA SALAZAR

Adriana Salazar ha buscado maneras de construir algo que se muestre extremadamente frágil, un testimonio de la desaparición de la frontera que divide aún a los sujetos y a los objetos. Este pensamiento se ha impuesto en ella al observar cómo opera la vida contemporánea en un contexto particular: el sujeto contemporáneo vive, trabaja y opera dentro de un sistema que aniquila su condición de sujeto, que lo convierte, por enajenación, en un objeto.

 

Ejercicios de desaparición indaga sobre algunas implicaciones que surgen al suprimir las diferencias entre sujeto y objeto. Cuando una multitud de espectadores presenciaron la desintegración de la obra de arte en Homenaje a Nueva York de Tinguely, esta supresión ya había sido declarada para el arte. En La Colonia Penitenciaria de Kafka, las diferencias entre el condenado y su condena desaparecen por la acción de un dispositivo. Cuando este dispositivo penitenciario falla, el condenado es penetrado por la condena, y muere sin darle cumplimiento.

Tanto la obra que amenaza con autodestruirse, como la máquina que aniquila al sujeto, constituyen puntos de partida para la construcción de tres líneas problemáticas que han estado presentes en este proceso, como fantasmas.

 

La primera línea problemática reflexiona sobre la sustancia material inestable del objeto, que es confundida, referenciada y comparada con la fisicalidad del cuerpo del sujeto. Un ejemplo de esta confusión es Sombrilla Rota: un objeto inútil y abandonado puede adquirir la expresividad de un cuerpo que sufre.

La segunda línea problemática señala la desaparición del sujeto como una presencia corporal diferenciada y única. Mediante esta línea problemática, la artista se ha acercado a la falta de conciencia que se tiene sobre la subjetividad propia, debido a la preponderancia de un pensamiento consensual. En Falda, una prenda animada se levanta para mostrar, en lugar de un cuerpo, el vació que oculta debajo. En Autorretrato, la claridad del reflejo de quien se mira en un espejo se convierte en una imagen borrosa y confusa.

 

La tercera línea problemática se refiere a cómo el sujeto y el objeto son considerados iguales bajo la perspectiva del valor de cambio para el capitalismo. En Monedas Borradas y Cincuenta Mil, el dinero se convierte en una metáfora de cómo esta devaluación determina a su vez otra devaluación: la pérdida de valor de un sujeto cuando es desposeído de los objetos que delimitan su realidad.

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