EL MUSEO IMAGINARIO
Miguel Cárdenas
El arte de la prehistoria existió ligado al quehacer diario, parte quizás de un ritual mágico. Hoy, fuera de su contexto original es un enigma que sin embargo nos conmueve porque representa algo concreto: la conciencia, la existencia misma.
En el museo, el arte crea un mundo paralelo que hace alusión a algo conocido; vemos en los objetos la metamorfosis del arte y el pasado informa el presente. Quizás el arte del futuro sea una combinación infinita de estilos y formas, que destilan la esencia de lo que buscamos encontrar en el objeto: un mundo paralelo, creado por nosotros.
Pienso en “El Museo Imaginario” de André Malraux: un planteamiento sobre la aparición de la institución del museo en occidente, y la definición del valor artístico de los objetos a travez del tiempo. Cuando aparecieron los libros, llenos de fotografías de obras de arte, detalles de obras, formas y texturas fuera de contexto, se creó el museo imaginario : una nueva configuración de obras y estilos desarraigadas de su entorno original.
Que podemos esperar de esta mezcla descontextualizada de objetos, imágenes y formas? Creo que existe una relación primaria entre el observador y el objeto; algo intrínseco a la obra misma, a la comunicación. El valor simbólico del objeto junto con su posibilidad de estimular la imaginación nos conduce quizás a descubrir un mundo conocido que hace alusión a la realidad cotidiana y al enigma de su lógica.
Esta muestra es una combinación de pinturas, esculturas, murales y video. Todas estas formas hacen referencia a la historia del arte, al objeto en el museo que recrea el mundo exterior. El perro, con sus facciones egipcias y su cuerpo modernista, los murales como petroglifos o dibujos en las cavernas, las pinturas que abstraen la forma real y crean un mundo concreto e inventado y el video que muestra la escultura en movimiento como un circo en el estudio. El tema central es quizás una figura humana que lleva de las riendas al animal, el animal que nos conecta con el mundo físico.
MIGUEL CARDENAS MEIRA